domingo, 2 de octubre de 2011

-Te lo he dado todo a ti...
-Pero ahora todo ha acabado-dijo ella, rompiéndose a cada sílaba que pronunciaba.
-...-el pensó en todo lo que había pasado, en todo lo que sentían el uno por el otro-pero...¿así? ¿por que? ¿por que me haces esto?
"por que te quiero demasiado" quiso decir ella, pero las palabras no salían.
-Por que tu me haces daño-dijo en cambio-por que estar cerca de ti es horrible-ella aún no entendía como las lágrimas no salían, delatando sus verdaderos sentimientos-por que tu no eres para mi, eres dañino, pernicioso...me haces daño-repitió, como si decirlo mas veces fuera a hacerlo mas verdadero. El la miró con los ojos vidriosos, apunto de tirar por tierra su entereza y ponerse a llorar a sus pies, suplicándole que no le dejara, que sino, el no sabría seguir. Pero su orgullo era demasido grande. Solo unas pequeñas lágrimas se dejaron ver por su rostro. Se acercó a ella lentamente. Acarició su cara por última vez y acercó los labios a su oreja.
-Te quiero-susurró.
Ella casi le besa, casi se lanza a el, casi le grita que se quede a su lado, que todo es mentira, que lo unico que quiere es amarle para siempre, pero los brazos no se movían...las palabras no salían...y el se fue, ambos, rotos por dentro, siendo el silencio el único que sabía la verdad.

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